Cuando se escribe con dolor, pretendes que las palabras diluyan tu sufrimiento. Esperas que la aungustia de la pérdida se transforme y genere paz a quién escribe. Quizás angustia a quien lee sin entender lo que ocurrió.
Esperabamos que fuera distinto, que la pérdida no abrazara nuevamente nuestro ser. Pensamos temerosos que esta vez SI!, y de una manera arrebatada nos dijeron nuevamente NO. Espero que no piensen que entre el SI y el NO me refiera a una campaña política dictada entre el oficialismo y la oposición venezolana. Contrario a esto; el vacio y la ausencia llenó el sitio donde se albergaba la esperanza, el dolor de la pérdida.
He tratado de entender a la gente, sus procesos sociales y espirituales, y he entendido que debemos romper con ciertos patrones de la vida. Procesos que ayudarán a apreciarla con un lente más cercano a tu ser, al verdadero ser.
Después de varios años, comprendo que no había llegado a ese capítulo como para tener todas las respuesta que ahora estoy planteandome; que es difícil creer que el poder de la atracción te haya llevado a estar delante del dolor y la frustación de lo que añoraste y hoy no tienes, y que a mayores conocimientos y corrientes espirituales, mayores pueden ser tus dudas. Difinitivamnete asumo que no he aprendido nada.
Entiendo cosas simples, como que el apego no tiene el sentido práctico ni te ayuda a pasar la página. Entiendo que al vaciarse un lecho lleno de vida sin pedir permiso, entra el dolor. Ese dolor que al concientizarse, poco a poco no estará más, siempre y cuando te llenes de amor y perdón.

Hoy pido perdón al Universo y a mi Dios, les digo que les amo.
Hoy pido perdón a mi ser, y le digo que lo amo.
Ya estoy en un nuevo día, aprendimos….

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Publicado por Yaizi Montilla on sábado, 30 de enero de 2010

Hoy escuchaba a un ángeologo, a mi madre desesperada y a mi hermano que gritaba: “A cuál país podemos escapar de tanta arbitrariedad y anarquía”.
Venezuela, un país de sueños, de gente alegre, pujante, luchadora, sincera y de tradición, ahora está expuesto a una marcada división de conciencias que nos separa de los valores que un día tuvimos tan adentro, que nadie se imaginó que podría ser distinto.
Recuerdo casi borrosamente cómo nos diviertiamos en los años 80. Era genial poder viajar sin necesitar pedir permiso, era fabuloso pensar en Mickey y soñar en ser Blanca Nieves o Candy Candy (pese a que esta “señorita” tiene sus detractores). Soñamos con la Novicia Rebelde y observabamos desde la barrera a la Guerra Fría, la caída del muro en Berlín y la costrucción de reactores nucleares. También vimos el hambre y misería en Africa, tan ajena a nosotros.
Estabamos protegidos con nuestro petróleo, con nuestras plantas hidroeléctricas, con la producción de cacao, con nuestros productos Polar, obviamente también la cerveza. Cuando se Hablaban de Cuba era un tema que no duraba más de tres minutos en una sala. Lo más cercano a este país no era la revolución ni su misiería. Era Ron, hielo, limón y Coca Cola. Ni siquiera los habanos eran tan comunes como ahora. El color rojo era sinónimo de alegría, Navidad, diablos de Yare y el preescolar. Teníamos sueños, la gente ganaba becas para ir a otros países y ¡regresaban! porque amaban su tierra.
Hoy, nuevamente hoy, no recuerdas lo parques de diversiones y las tombolas donde el pueblo disfrutaba ganar premios domésticos para pasar un fin de semana obstentando felicidad. Cada vez disfrutamos menos los algodones de azúcar y a los payasos de las calles. Ya no soñamos con las cosas que queremos lograr, sino luchamos para sobrevivir a duras penas.
Qué nos han hecho?
Nos han manipulado, nos han envuelto en dolor, nos han creado la mayor apariencia de insuficiencia, nos han enajedado nuestros sentimientos más hermosos y han vulnerado nuestro escudo de protección. Sistemanticamente, están matando nuestros valores de Pueblo en crecimiento, de Pueblo pujante. Tanto, que ya no recordarás lo que eras. Tanto, que no podrás dejar a tus hijos otro sentimiento y enseñanza que no sea el de la pugna y la controversia extrema. ¿Lo hicieron o dejamos que ésto pasara?
Dejamos que pasara.
La lucha contra todo esto no está en las armas ni en generar más dolor ni rabia. Está en hacer todo lo contrario de la misma manera. SISTEMATICAMENTE con paciencia, amor y perdón, es lo que necesitamos.

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Publicado por Yaizi Montilla on

Este es el comienzo de algo que tengo mucho tiempo planificando. Es un pequeño regalo que hago para ti, que quiero que hagas lo que sabes hacer y que quieres seguir haciendo: Escribir.
Yo sé que ésta es una faena nueva para ti, pero que en lo particular, he estado viendo como lo haces y me encanta. Para ello, creo que aunque sea un detallito insignificante, puedas poner tus cositas en un sitio donde la gente tenga la posibilidad y el placer de leer lo que has estado pensando.
Creo que tienes mucho que decir. De hecho se nota en las cosas que me cuentas que tienes unas ideas maravillosas y que no sabes que hacer con ellas. Pues, ésta es la mejor escusa. La mejor razón. La mejor manera. Por lo menos creo que te he convencido que puede ser así.
Los post del Facebook y los 140 caracteres de Twitter se te quedan cortos (no me digas que no). Por eso creo que ésta es la manera más interesante de ver que puedes hacer, que estoy seguro que puede ser más de lo que tu misma te puedes imaginar.
Aqui te regalo un espacito pequeñito del mundo. Un espacio maravilloso para comenzar a decir las cosas que tantas veces se te quedan en la garganta y que no sabes que hacer con ella. Unos les llamarán terrorismo meditatico 2.0. Yo le llamo un ejercicio fidedigno de nuestros derechos civiles y nuestro deber ciuidadano.
Decir es actuar, y no me digan que es pasivo, es una acción con demasiado poder, y estoy seguro que con esto tu sabrás sabiamente que hacer. Con estas palabras sencillas, le arranco el lazo al "Blog de Yaizi Montilla".
A ponerse las alpargatas, que comenzó el joropo...


Te ama más que nunca...


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Publicado por Yaizi Montilla on miércoles, 27 de enero de 2010
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